- Prepara tu piel.
El momento ideal para rasurarte es justo después de bañarse ya que tus poros se encuentran más abiertos y de esta manera facilitas la tarea del rastrillo, además de que la piel se encuentra limpia y libre de impurezas.
- El aditamento correcto
Un indispensable es la crema, gel o aceite para rasurar, llámalo como prefieras, pero es un básico que debes usar, tanto para proteger tu piel de las navajas del rastrillo, y al mismo tiempo facilitar el paso de la cuchilla, evitarás que tu piel se irrite y sufra algún daño.
- La estrella del día
Sin duda, el rastrillo es la parte clave para conseguir el afeitado perfecto. Tres recomendaciones básicas; 1) no uses el rastrillo para más de tres afeitadas, 2) nunca apliques demasiada fuerza, ya que podría cortar la piel, 3) para limpiarlo no lo frotes en la toalla, simplemente deja pasar agua y ponlo a secar.
- Los cuidados para concluir
Una vez terminado el rasurado es necesario que no olvides aplicar un after-shave, el cual será el encargado de calmar y rehidratar la piel. Recuerda que el afeitado es una forma de ‘agresión’ a la piel, de ahí que sea importante aliviar la irritación que se generó en ella. Para enfatizar su cuidado aplica también una crema humectante y no olvides el protector solar.
FUENTE. GQ
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