El
desfile anual de Victoria’s Secret, que ha sido uno de los eventos más
esperados por la industria de la moda desde su primer show en 1996, no se
transmitirá más por televisión ya que la firma vive su peor momento y el rating
ha caído de manera considerable.
Además
de la inmediatez del Internet, la negativa a cambiar sus estándares de belleza
a pesar del surgimiento de movimientos body positive lo han llevado a su punto
de audiencia televisiva más bajo y el desfile del 2018 solo fue visto por poco
más de tres millones de personas cuando en el 2013 acumularon 10 millones de
espectadores.
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