LA
PRIMERA VEZ
Las primeras
muestras de amor jamás se olvidan.
Seguro estoy
dejando pasar grandes y bellas memorias en las que mi familia, mis padres
principalmente me demostraron su amor, pero bien que recuerdo un par de ellas. Por
ejemplo, cuando tenía unos 5 o 6 años acompañaba a mi abuelita a un mercado en
el centro de Tuxtla Gutiérrez Chiapas donde mis abuelitos tenían un local de
ropa.
En uno de los pasillos, justo antes de llegar con la
comida de mi abuelito al local, vi colgado un vestido color rojo – bastante
llamativo- con rayas. ¡Incluso la talla más chica me quedaba enorme! Más tarde,
un 8 de febrero de 1998, mi abuelita me obsequió ese vestido sabiendo que no me
quedaba pero también recordando lo emocionada que estaba al verlo ahí colgado.
A mí me parecía precioso.
Existen diferentes
formas de expresar amor y cada una, con su peculiaridad, debe apreciarse con el
alma. Diría don García Márquez: ‘El hecho de que no te quieran de la forma en
que tú quieras no significa que no te quieran con todo su corazón’. Es
importante recordar las primeras veces, en este caso, la primera vez que
recibiste una muestra de cariño o la primera vez que diste dicha muestra.
Podríamos hablar de muchas situaciones pero una que jamás debemos olvidar es
cuando desafortunadamente, no nos tocaba dar la lección sino aprenderla: Cuando
nos rompieron el corazón.
El 14 de febrero es una fecha para dar pero también para
recapitular todo lo que hemos dado al mundo, a nuestros padres, hijos, a
nuestras exparejas, por qué llegamos hasta dónde estamos y mejor aún, para
reconciliarnos y recordar la primera vez que dimos una muestra de afecto.
Incluso cuando nos hayan roto el corazón, está bien recordarlo. Un corazón roto
es una oportunidad perfecta para apapacharnos y recordarnos a nosotros mismo
cuándo fue la primera y última vez que nos demostramos amor a nosotros mismos.
Hacemos esfuerzos desmedidos por impresionar a otros y
dejamos de lado nuestras propias convicciones. Un 14 de febrero también puede
ser espectacular y bien planeado para uno mismo. A fin de cuentas, como dirían
las abuelitas, si no te quieres y te cuidas tú nadie va a venir a hacerlo. ¡Feliz
14 de febrero a todas las expresiones de cariño habidas y por haber!
KAREN CORTÁZAR
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