Desde antes de la conquista, el chicle siempre ha sido un producto común en
México, y al General Santa Anna le encantaba.
Decía que le ayudaba a calmar sus nervios, pero en realidad mascaba chicle
todo el tiempo. Por eso, cuando en 1855 lo exiliaron para siempre, se llevó una
buena dotación.
Fue en Estados Unidos que se lo presentó a su secretario, el Inventor
Thomas Adams, y le propuso una oportunidad de negocio: usar la resina del árbol
con la que se hacían los chicles como sustituto del caucho.
Ésta idea no funcionó, pero Adams regresó al concepto del chicle… añadió
sabor a la receta original y comenzó a comercializarlo con éxito en Estados
Unidos… y así como el mundo entero conoció el chicle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario