martes, 1 de agosto de 2017

EL ABISMO CHALLENGER, EL PUNTO MÁS PROFUNDO DEL OCÉANO



  El abismo Challenger, con sus 10.994 metros, es el punto más profundo del océano, su distancia supera incluso la altura de nuestro Everest. ¿Te imaginas qué tipo de vida debe existir a esas profundidades y bajo esa presión?.

  Sólo un hombre ha sido capaz de llegar a los 10. 898 metros para hablarnos de sus oscuridades y sus maravillas gracias a un sofisticado submarino, el Deepsea Challenger. ¿Su nombre? James Cameron.

  Esta región tiene una longitud de 2.500 kilómetros y se extiende hacia abajo para alcanzar los 10.994 metros. Puede que incluso más, puesto que el National Geographic comenta a menudo que pueden sobrepasarse los 11 kilómetros de descenso.

  El propio James Cameron describió la fosa como un desierto lunar. Como si él fuera el único habitante de aquel yermo escenario, donde lo paranormal pudiera asaltarlo en cualquier momento. Sólo pudo ver gusanos, gusanos ciegos adaptados a aquella terrible presión.

  Pues bien, lo realmente interesante sucedió el año pasado, en el 2013. Un equipo formado por científicos de la Universidad del Sur de Dinamarca, el Centro de Investigación Climática de Groenlandia, el Instituto Marino Escocés, la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología Marina y Terrestre y el Instituto Max Planck de Microbiología Marina, enviaron un nuevo batiscafo – pero esta vez sin nadie en su interior- descubriendo algo asombroso: el abismo Challenger está lleno de vida.


  ¿Qué clase de vida? Te preguntarás. Vida microbiana. Para asegurar que esto era posible lo que se hizo fue medir el consumo de oxígeno. Los datos fueron impactantes: en ese abismo el consumo de oxígeno es mucho mayor que en la superficie. Aún no se ha podido determinar qué tipo de microbios pueden existir en aquel recóndito lugar  -animales abisales, como la Macropinna microstoma o pez de cabeza transparente– sólo aparecen en estratos más superiores, pero lo que se encuentra en esas capas más profundas, frías y escondidas, tiene emocionada a toda la comunidad científica… y a curiosos como nosotros.









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