1.- Para mantener los oídos sanos y limpios, basta con lavarse en la ducha la
cabeza de forma regular, pues el agua que penetra al aclararse
es más que suficiente para su limpieza.
2.- Al salir del baño, sólo hay que secar la oreja suavemente
con una toalla o gasa por el pabellón externo, sin apretar
ni insistir demasiado en la zona del conducto auditivo (agujero).
3.- Usar protectores homologados si nos
exponemos a fuertes ruidos de manera habitual y evitar los ruidos intensos cerca de la oreja ya
que pueden dañar el tímpano.
4.- Las aguas contaminadas deben evitarse por
el riesgo de infección durante el baño si se sumerge la cabeza.
5.- Se recomienda acudir al otorrinolaringólogo a partir de los 50 años y realizar revisiones
periódicas para detectar posibles problemas.
6.- Existen medicamentos, ya sea en forma de
pastillas o de gotas, que pueden afectar el oído por lo que no hay que automedicarse nunca.
Fuente: Saber
vivir.
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