La razón aún no
es del todo clara, pero se cree que se debe a que fingir felicidad frente a
clientes enfadosos requiere mucho autocontrol y este se agota una vez que termina
la jornada laboral. Según los investigadores, la clave podría estar en la
recompensa personal ya que, un empleado de un call center raramente volverá a
atender al mismo cliente por lo que la tarea le resulta más agotadora.
Fuente: Okchicas.
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