Durante su
último día de visita en Colombia, sucedió cuando una persona salió corriendo
detrás del vehículo y le acercó a un niño pequeño para que el Papa el diera la
bendición.
Sin embargo, cuando Francisco quiso darle la bendición, perdió el equilibrio
y se golpeó la cara con el vidrio delantero del papamóvil, que había frenado.
A pesar de tan
tremendo golpe, el Papa se encuentra bien; optó por no abandonar su recorrido y
continuar con su agenda.
El pontífice decidió bajarse del carro, caminar y
saludar a los fieles que esperaban su bendición.
Al momento del chusco
accidente, el papamóvil se dirigía del barrio San Francisco a la celebración
del Angelus y a la iglesia de San Pedro Claver, en Cartagena, ciudad ubicada en
el Caribe colombiano.
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