El mundo ha cambiado rápidamente, y entre los cambios más
llamativos, controvertidos y dramáticos se encuentra la transformación de las
mujeres. El 47% de la fuerza de trabajo
es femenina. Aún así, el porcentaje de empresas sin mujeres en la alta
dirección ha caído de 36% a 27% en los últimos años.
No es lo mismo la inclusión de género que la inteligencia
de género. La inteligencia de género no solo se forja con políticas de
cumplimiento de cuotas, trabajos de tiempo flexible y empoderamiento a grupos
de mujeres. La inteligencia de género consiste en la comprensión, aprecio y uso
de los talentos y habilidades diferentes que hombres y mujeres aportan en el
área laboral.
Las empresas que reconocen las distinciones biológicas
sin construir sobre ellas estereotipados roles de género e integran estrategias
laborales que faciliten que las mujeres ocupen cargos de poder, favorecen el
trabajo colaborativo entre hombres y mujeres y aprovechan el efecto de dichos
intercambios para el bienestar personal de sus equipos de trabajo y para el
crecimiento de la organización.
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