1. Desde el primer día, debemos intentar irnos a dormir con el nuevo horario de invierno. Para aquellos que les resulte complicado acostarse más tarde de lo habitual, pueden empezar haciéndolo poco a poco, retrasando el horario 15 minutos cada día, para que en cuatro días se complete la adaptación de manera total.
2. Las siestas breves, durante 3 o 4 días, facilitan el hecho de mantenerse despiertos hasta más tarde, lo que también ayuda a retrasar el reloj biológico.
3. Adaptar los horarios de comidas lo antes posible para que se adecúen al horario de invierno.
4. Exponernos a la luz del sol y practicar ejercicio para terminar la tarde son dos formas de ayudar a ajustar nuestro reloj interno más rápidamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario