Después de hacer una limpieza profunda de tu casa, coloca un platito con sal en los rincones de las habitaciones donde duermes o pasas más tiempo. La sal se encarga de limpiar las áreas para purificarlas y dejarlas listas para recibir las vibras positivas del ambiente. Deja los platitos durante unos dos días o hasta que la sal se ponga negra, señal de que absorbió las malas vibras.
Arroja la sal al suelo y barre los restos hacia afuera con una escoba; esto te ayudará a expulsar todas las malas vibras absorbidas por la sal.
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