jueves, 26 de octubre de 2017

EL CAFÉ QUE PREPARAS ES MALO




¿Hay algo más sencillo que preparar un café?

 "No", piensas, aunque luego le das una vuelta y recuerdas que todo el mundo siempre que el café preparas "sabe mal".

En lo que viene siendo el café de casa es fácil caer en inercias que convierte la taza de café de por la mañana en un brebaje infumable. Y la culpa es toda tuya. Si no nos crees, atento 

Torrefacto, no. Tueste natural, sí. 
Un buen café es responsabilidad de la calidad. 

Si puedes, cómpralo en grano y muélelo en casa. 
Si lo tomas recién molido, podrás apreciar mucho mejor el sabor y el aroma. 

Guárdalo siempre en un lugar fresco y seco. 
Despensa o Armario  son las mejores opciones siempre que no se encuentren cerca de ninguna fuente de calor. 

Prénsalo. 
El café ha de estar apretado para que encuentrre su mejor versión. No basta solo con alisar la superficie con la cuchara. Se trata de hacer presión para que el agua tarde más en impregnarlo y el resultado sea una bebida con más cuerpo. 

En cuanto haya subido, quítalo del fuego. 
Hay que estar ahí al pendiente para quitarlo del fuego cuando empieza el característico borboteo. De lo contrario, el café hierve y se estropea. 

Remuévelo con una cuchara. 
Al removerlo en el sentido de las agujas del reloj, hacemos que el líquido se haga más homogéneo y que la concentración de café sea la misma en todas las tazas.


Lava bien la cafetera después de usarla. 
No basta con echarles un poco de agua, sino que hay que lavarlas a conciencia. De esa manera evitaremos que se queden posos o restos de café que pueden modificar el sabor del siguiente que preparemos. 

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