Los dolores en las articulaciones son
más comunes de lo que se cree y muchas veces pueden confundirse con síntomas de
cansancio. Sin embargo, en algunos casos, las molestias pueden ser cada vez más
fuertes y llegar a estar relacionadas con altos niveles de ácido úrico. Este
químico es el producto final de la degradación de sustancias del organismo que
se llaman purinas y estas se derivan, principalmente, de proteínas animales.
De acuerdo a la internista y
reumatóloga MoniqueChalem, el aumento de ácido úrico en la sangre se produce
cuando no se elimina adecuadamente en el riñón.
La gota es el aumento en la
cantidad de ácido úrico en la sangre. Este químico tiende a depositarse
dentro de las articulaciones formando pequeños cristales que parecen agujas. De
esta manera, se genera una reacción inflamatoria que va acompañada de dolor,
calor, hinchazón y muchas veces enrojecimiento de la parte afectada.
“Es una
enfermedad reumatológica que produce una afectación articular intermitente, es
decir, tiene episodios muy fuertes en los que el paciente llega a consulta con
alto nivel de dolor, no puede utilizar zapatos y ni siquiera soporta el roce de
la sábana con la parte del cuerpo que está afectada”, dice la reumatóloga.
La gota fue una de las primeras
enfermedades reumáticas detectadas en la historia. Los reyes Felipe II, Enrique
VIII y el político y científico Benjamín Franklin, padecieron de esta
patología. En aquella época los tratamientos eran tan restringidos y escasos
que su sufrimiento fue severo y prácticamente sin ningún control. Además,
Hipócrates llamaba a la gota como “la artritis de los ricos”, mientras que el
reumatismo, era para él, “el mal de los pobres”.
Según la especialista, esta
enfermedad debe ser tratada a tiempo para que el paciente tenga una vida normal.
Sin embargo, no son muchas las personas que consultan en la primera etapa en
que se presentan los dolores en las articulaciones, sino en la crisis, cuando
el dolor es insoportable. Estos momentos pueden durar en promedio una semana, y
requiere un control con medicamentos antiinflamatorios.
El dolor de las articulaciones se
tiende a confundir con el cansancio porque los primeros síntomas de la gota se
presentan con molestia e inflamación. En la mayoría de los casos, ocurre en los
pies y, específicamente, en el dedo pulgar. “Generalmente, los primeros ataques siempre son en
una articulación del pie, pero también puede presentarse en el tobillo o en la
rodilla”, asegura
la experta y añade que “en la medida en que el tiempo pasa la enfermedad
avanza. Sin embargo, un paciente puede tener un primer ataque y después estar
asintomático uno o dos años; por eso, es considerada una enfermedad
intercrítica”.
El paciente debe tener una dieta en
la que evite el consumo de alimentos con altos niveles de fructosa y proteína
animal.
“Debe preferir las carnes blancas, sobre las rojas. Comer pescados
blancos, y evitar alimentos como maíz y embutidos”, dice la
experta.
Sin embargo, aunque mejorar la alimentación es importante, solo
representa una pequeña reducción de los niveles de ácido úrico. Por tratarse de
un problema metabólico del riñón, según la especialista, debe evitarse el
consumo de alcohol, principalmente de la cerveza, que es la que más eleva los
niveles de ácido úrico.
El diagnóstico de la gota puede
hacerse a través de un examen sencillo de sangre en el que se comprueban los
niveles de ácido úrico. “Es importante destacar que no todos los casos de
ácido úrico altos se convierten en gota y, aunque muchos especialistas
consideran que esta es una enfermedad curable, esto puede ser cierto solo si no
está en su fase severa”, concluye Chalem. Por eso la importancia
del diagnóstico a tiempo.
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