Todos
conocemos a alguien que a la hora de tomar algo prefiere pagar sólo su
consumición y no dividir el gasto en partes iguales. Un comportamiento que no
lo hace más infeliz... de hecho, en muchas ocasiones las personas que menos derrochan
son las que más triunfos acaban consiguiendo en la vida.
VENTAJAS DE
LA TACAÑERÍA
Se ha comprobado que aquellos considerados
como tacaños pueden llegar a prosperar y conseguir metas de forma mucho más
fácil y rápida que quien tiene el hábito de gastar más alegremente.
El tacaño no tiene prisa en conseguir su objetivo, que suelen fijar a medio o largo plazo, mientras que un malgastador necesita invertir más para conseguir que los beneficios lleguen a corto plazo, algo que en la mayoría de ocasiones provoca que se conviertan en negocios fallidos.
El tacaño no tiene prisa en conseguir su objetivo, que suelen fijar a medio o largo plazo, mientras que un malgastador necesita invertir más para conseguir que los beneficios lleguen a corto plazo, algo que en la mayoría de ocasiones provoca que se conviertan en negocios fallidos.
El tacaño gasta menos dinero, pero lo
invierte adquiriendo aquello que
le es realmente preciso.
Una persona a la que no le gusta malgastar
compra menos ropa, pero cuando lo hace ésta suele ser de mayor calidad -aunque
sea en alguna rebaja o tienda de saldos-.
EFECTOS EN
LA SALUD
No hay estudios específicos que puedan demostrar que ser Tácano tenga una influencia en una menor esperanza de vida.
Un estudio realizado
con 140 individuos por la Nottingham University Business School se llegó a la conclusión de que las personas que se
declararon como ‘tacañas’ destacaban por tener unos hábitos de consumo
saludables, hacer un mejor uso de los ahorros, no dejarse influenciar
fácilmente a la hora de comprar e invertir y, en definitiva, en gastar dinero
de un modo más racional y menos lucrativo.
Concluía que un tacaño -que no lo
sea patológico- no le hace infeliz gastar dinero; lo único que hace es gastar
menos, y lo hace de una manera más responsable y eficaz.
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