Hay cosas que se prestan y
cosas que no. Pues hay una serie de cosas que deberías guardarte para ti.
Auriculares: La cera de los oídos está ahí como barrera
para protegernos del exterior. Si prestas tus auriculares a alguien puedes
romper la balance de sus propias bacterias y provocar una infección
Desodorantes: Aunque los desodorantes tienen propiedades
antibacterianas, todavía pueden contener bacterias procedentes de la piel donde
ha estado en contacto.
Toallas: Las toallas están diseñadas para absorber la
máxima cantidad de líquidos y humedad de tu cuerpo, así que se convierten en un
campo de cultivo para hongos y bacterias. Tú mismo no deberías reutilizar tus
toallas más de 3 o 4 días seguidos.
Pantuflas: Las típicas zapatillas de andar en casa
acaban afectadas por el sudor. Son un lugar donde crecen hongos, sobre todo si
te las pones con los pies húmedos. Lo mejor es cambiarlas cada invierno.
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