La llegada de un hijo revoluciona nuestra vida. El bebé
nos llena de felicidad, pero también requiere un tiempo y un esfuerzo que sale
de nuestros antiguos ratos de ocio, del cuidado de la casa, del tiempo que
dedicábamos a la pareja y los amigos... y, con frecuencia, del trabajo.
Hay quien reduce su jornada o quien deja de trabajar un
tiempo. Otros tienen que olvidarse de las horas extra o incluso cambiar de trabajo.
A pesar de ser un trabajo un tanto complicado, ver crecer
a nuestros pequeños siempre será una tarea asombrosa por esa razón es preferible
verlos crecer para inculcar en ellos valores y tareas.
Fuente:Ser padres.
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