Tu cerebro manda señales constantemente por el sistema nervioso para
verificar que todo esté bien con tu cuerpo.
Sin embargo, al ejercer presión en un nervio, empezamos a entorpecer la comunicación
de ese nervio y todo el flujo a su alrededor.
Cuando retiramos la presión, el flujo abrupto de señales (y sangre) hace
que aquello se vuelva una confusión total.
Resultado = Una parestesia temporal (sí, el hormigueo).
No hay comentarios:
Publicar un comentario